jueves, 30 de octubre de 2014

De Cronopios y bibliotecas


Hace varios años ya, gracias a la ilustradora Reyes Guijarro conocí a otra ilustradora: Marga LLiso del Hoyo que se ha convertido en una compañera de trabajo habitual.

Marga es de esas personas con las que parece que hubieras trabajado toda la vida, se subio al tandem y enseguida pedaleamos al mismo ritmo.
Así entre las dos hemos realizado varios talleres sobre todo para la celebración de aniversarios de escritores que las bibliotecas reclaman y que no son muchas veces fáciles.
El pasado día de la biblioteca estuvimos en la biblioteca Pablo Neruda de Arganda realizando una 'Galería de cronopios'. Nos acompañaron 17 niños y niñas de entre 6 y 8 años que leyeron con tal profundidad los textos que todos los adultos allí presentes nos quedamos muy impactados.
En grupos de 4 leían un breve texto del libro de Cortázar y tenían que deducir cómo eran los cronopios. Así surgieron cosas como que los cronopios son: sensibles, cariñosos y optimistas. Ante esta última respuesta preguntamos ¿sí? ¿y eso? Claro, nos respondieron, por como se toman las cosas cuando salen de viaje...
Algunos lo tenían muy claro, para Emilio los cronopios tienen que ser relojes porque tienen brazos pequeños (que son las agujas), cantan (como los relojes que hacen tic tac) y bailan (cuando se van moviendo), sin olvidar que la palabra cronopio y cronómetro se parecen mucho.

Escuchar a los niños siempre es impresionante y en ocasiones como esta un verdadero placer.

Para ver el punto de vista de Marga y los trabajos de los niños, en su blog