Experiencias

Slogans en las prisiones
Una de las últimas veces que realicé esta actividad fue en un curso de funcionarios de bibliotecas de instituciones penitenciarias que organizaba la subdirección general de promoción del libro del ministerio de cultura.
La sesión que tenían conmigo era por la mañana, la segunda y fue justo un día de huelga de transporte en la que Madrid era un caos. Llegué tarde, yo que siempre llego con mucha antelación. El grupo estaba desperdigado, charlando, relajado. Estos encuentros al final son tan interesantes por el intercambio con los pares como por lo que digan los ponentes, así que nadie parecía muy preocupado por mi tardanza.
Después de hacerles reflexionar un poco, cuando saqué las cartulinas y les dije que íbamos a trabajar, en seguida se oyó un murmullo de descontento. Hay que aceptarlo, cuando vamos a este tipo de congresos nos encanta sentarnos allí como meros espectadores y disfrutar del espectáculo. Así que con reticencia se pusieron a moverse y a escribir por grupos sus slogans para animar a leer.
Lo curioso de este grupo es que la gran mayoría pensaba la lectura desde el punto de vista de la evasión, y salieron muchos slogans que tenían que ver con ese doble sentido. Era lógico, digamos que el chiste estaba servido: Evadete... con la lectura recuerdo que decía uno de ellos. Muchos utilizaron también la metáfora de volar, de libertad...
Eso nos hizo pensar en la lectura, en cómo la entendíamos nosotros y cómo también creíamos que podía ayudar a los demás, en este caso a los internos de centros penitenciarios.
Sin embargo, es ahora, mientras escribo estas líneas que me doy cuenta que todos estos mediadores hablaban de lectura de ficción. Nadie hablo de leer para aprender, que es algo que sale muy a menudo en la práctica de esta actividad con niños, con padres, con maestros...
Sin duda esta reflexión de ahora viene dada por las últimas charlas que he tenido con la especialista Ana Garralón (cuyo blog os recomiendo especialmente http://anatarambana.blogspot.com/) sobre la importancia de los libros de no ficción en el desarrollo de un lector. En aquel momento, no lo supe aprovechar y podríamos haber tenido un debate sobre el tema bastante interesante: ¿por qué los mediadores en general tendemos a la literatura de ficción? ¿Por qué nos cuesta pensar que el placer de la lectura puede estar también en leer libros sobre un tema concreto, como coches o Egipto? Sin duda necesitaremos más reflexión sobre el tema en otra entrada.
Tan sólo para concluir comentar que esta actividad fue muy provechosa y seguro que muchos niños, padres... tendrían mucho que decir al respecto. Sería una buena forma de empezar un taller o un curso para desde aquí saber qué cosas pensamos que son atractivas en la lectura, para poder como mediadores mostrar otras y finalmente repetir la actividad y ver si nuestros slogans han cambiado en algo.